Más allá de la extendida y popular idea de que San Valentín sea un día de festividad pura y llanamente consumista y comercial, se encuentra la verdadera y original historia de esta celebración con tantos seguidores como detractores. Los primeros en celebrar este singular día fueron los británicos allá por el año 1.400. No fue hasta el siglo XX cuando traspasó las fronteras y se extendió y popularizó por el resto de países.

San Valentín existió en realidad, fue un sacerdote romano el cual estuvo preso en el siglo III por celebrar matrimonios de jóvenes en secreto. En su época estaba muy mal visto que los guerreros se casaran, ya que se consideraba que descuidaban sus labores de combatientes. Más tarde el sacerdote fue condenado a muerte y mientras esperaba su ejecución se enamoró de la bella hija del carcelero, a la que le dejó escrita una carta de amor firmada como “de tu Valentín” en el fatal día de su muerte, que no fue otro que el 14 de febrero del año 270.

La iglesia muchos años más tarde recuperó esta historia dos siglos después con el fin de sacralizar un ritual pagano celebrado en nombre de Lupercus, dios de la fertilidad, el 15 de febrero. San Valentín fue canonizado y desde entonces se le reconoce como el patrón de los enamorados. Cuando Gran Bretaña fue conquistada por los romanos se adoptó esta tradición, sin embargo no es hasta 10 siglos después cuando podemos encontrar las primeras manifestaciones. Las mujeres solteras británicas vivían esta celebración muy fervientemente. Normalmente se dice que si en la mañana del 14 de febrero un hombre soltero pasaba por la calle y veía a una mujer, se casaría con ella. Por este motivo era muy común ver a chicas madrugadoras asomadas a las ventanas de sus casas en este día. Incluso Shakespeare en Hamlet hace alusión a esta festividad, podemos escuchar como Ofelia tararea: “mañana es el día de San Valentín, temprano al amanecer, yo estaré en tu balcón y tu enamorada seré”.

Otra costumbre de las chicas británicas en este día era escribir en papelitos nombres de chicos, y enrollarlos en arcilla, después los lanzaban al agua. El primer papel que consigue flotar será el que tenga el nombre de su enamorado.

También se comenzó a celebrar la “Fiesta de los Valentinus”, cuyo propósito era asignar pareja a los jóvenes solteros. Los nombres de las mujeres presentes se introducían en una jarra y se iban sacando a suertes. Las mujeres, además de su hombre correspondiente, recibían regalos. No todas estas parejas terminaban con un final feliz, algunas de ellas se rompían antes de llegar al matrimonio.

Con respecto a la costumbre de escribir versos de amor en este día, se dice que el responsable es el Duque de Orleans, que tras ser encarcelado el 14 de febrero, escribía bonitos poemas de amor a su esposa.

Frases en inglés: También hay lugar para los niños en este día, ellos intercambian “valentines”, que son tarjetas con frases bonitas en inglés para demostrar su amistad o su amor. En algunas regiones es típico comer panecillos hechos con semillas y pasas, muy típicos de este día.

Muchas de estas tradición se están olvidando, quedándonos sólo la sensación de que es una festividad consumista. Nunca hay que olvidar que todas las tradiciones tienen un origen y un por qué. Siempre viene bien recibir un “te quiero” de quien de verdad es importante. Esto es gratis y nunca se debe dejar de hacer.

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